El grupo Scout Horizontes de Benidorm acaba de volver tras dos semanas en otro lugar y en otro tiempo. La acogedora zona de Rubielos de Mora, en particular el campamento de "Las minas", ha sido el escenario con sabor medieval en el que los integrantes del grupo han disfrutado de su tradicional quincena de verano.
El día 13 de julio comenzaba al aventura: dos autobuses repletos de niños de todas las edades, llenos de ilusión y desbordantes de una alegría que apenas dejaba entrever el hecho de que se alejaban durante unos días de sus padres, salían en dirección a la provincia de Teruel. A final de mañana llegaban sin incidentes al campamento "Las minas", a cinco kilómetros de Rubielos de Mora. Tras una frugal comida y el obligado descanso - el calor obligaba se quisiera o no a parar todo movimiento activo - los integrantes del Grupo Scout Horizontes comenzaron, divididos en las tradicionales secciones, a dar forma al campamento: tiendas, mochileros, portadas, tendederos, plateros, etc.
Tras el intenso montaje, comenzaron las actividades por ramas, con una programación que invitaba a pensar en nuestro pasado medieval.
Los Castores, los niños más pequeños del grupo, pronto empezaron con sus talleres, juegos y "grandes" excursiones. Crearon un conejo-huerto, al que a lo largo del campamento le crecía el pelo (si se acordaban de regarlo), hicieron un super juego de Kim, practicaron nudos, prepararon danzas, crearon los disfraces para el gran juego de grupo, montaron un llavero castor con goma eva, se fueron a visitar "Las minas"... una semana que seguro que no olvidarán.
La programación de manada destacó en particular por los divertidos talleres temáticos sobre Scouby Doo preparados por los propios lobatos. Por equipos pequeños tuvieron que traer preparado un taller de casa que tuviera relación con el libro que les había tocado leer de la colección de Scouby Doo. Este tipo de talleres, además de hacerles trabajar por pequeños equipos, ha demostrado la imaginación y la capacidad que tienen los pequeños para compartir conocimientos con el resto de la Manada. También visitaron el pueblo e hicieron todo tipo de juegos. Además tuvieron un día compartido con Castores (con actividades circenses) y uno compartido con la Tropa. Otra de las actividades más destacadas fue la "noche de terror", organizada por la Esculta a la que este año fueron "engañados" pensando que se dirigían a una "fiesta pijama".
La tropa, los más medievales del campamento, compartió un día de programación con Manada y otro con la Esculta, este último con un gran juego de pistas e ingenio y con una tarde marcada por los juegos con agua, que ayudaron a vencer un poco el calor de la tarde. El día con la Esculta acabó con juegos nocturnos para agudizar el oído y repasar el morse.
Los más mayores del grupo, la Esculta, combinaron las tradicionales actividades de campamento con varias rutas "cortas" por los bellos senderos de la zona: el río Mijares, Olba y Fuentes Rubielos y el embalse de Balaqueras. Además realizaron un taller de falsa marquetería y varios grandes juegos, como "La muerte del Cid" o "El superviviente". Tampoco perdieron la oportunidad de visitar con guía la bella villa de Rubielos de Mora, donde pudieron descubrir algunos de los secretos del pueblo, escondidos tras cada fachada, escudo o aldaba.
A final de la primera semana se desarrolló, como ya viene siendo habitual, el Gran Juego de Grupo, este año con temática medieval. El grupo, debidamente disfrazado, pudo divertirse con diversos juegos rescatados del baúl del tiempo.
No podía evidentemente faltar el ZORRO, quien con sus dos ayudantes no dejó de divertirnos con sus travesuras - frecuentemente nocturnas. Hubo este año dos juicios, el primero declarado nulo y un segundo donde fueron declarados culpables Ciervo, Rana y Esperanza de cocina (esta última embaucada por la acusación de la Esculta, pues realmente era inocente). Fueron "duramente" castigados a un barreñazo de agua. Realmente el segundo ayudante del zorro este año era Pato.
El finde de padres, a mitad de campamento, se inició como es tradición con el fuego de campamento, este año muy cantarín. Tras las actuaciones de todas las ramas se pasó a la vela de armas, momento en que los que al día siguiente iban a formular su promesa pudieron oír y compartir las reflexiones sobre el Escultismo de sus compañeros y viejos lobos.
El día de padres empezó como es costumbre con los actos solemnes: promesas y etapas de las diferentes ramas. Tras las ceremonias, el pase de Castores a Manada y el canto de la despedida para los más pequeños del campamento, quienes se fueron a casa al final del día.
Tampoco faltó el divertido momento de las totemnizaciones. Este año en la primera semana con las pruebas de "Rana Creativa" y de "Pato Dudoso"; en la segunda con "Ornitorrinco Cabut". Seguro que ellos no las olvidan, como también quedarán grabadas en el recuerdo de muchos niños, quienes pudieron disfrutar de unos momentos muy entretenidos.
Poco a poco, día a día, llegó el final del campamento: desmontar, montar mochilas, deshacer las construcciones... lo que fue la casa del Horizontes durante dos semanas empezaba a recuperar su aspecto inicial. Con el campamento ya desmontado se realizaron los pases: de Manada a Tropa, de Tropa a Esculta y de Esculta a Clan... un esbozo de nuevos equipos de trabajo y de savia nueva.
El último día, como siempre: cargar camión, una gran batida, el canto de la despedida y a soñar con el próximo campamento y una nueva Ronda Solar llena sin duda también de grandes emociones y de sueños desafiantes.