Un mar de melodías inunda Benidorm
Cerca de tres mil scouts venidos de todos los puntos de España inundaron Benidorm el último fin de semana de mayo para celebrar el XL Festival de la Canción Scout de ASDE.
Cuando hace un año Scouts Valencians propuso la candidatura para celebrar el festival nacional de la canción scout en Benidorm, parecía un proyecto lejano. Sin embargo, tras un duro año de trabajo, lleno de reuniones y gestiones, de talleres y grupos de trabajo, de cartas oficiales y de llamadas telefónicas, el sueño se plasmó en un fantástico fin de semana que pudieron disfrutar scouts de catorce comunidades autónomas diferentes.
Para los integrantes del Grupo Scout Horizontes, el pistoletazo de salida fue la charla-coloquio con Paco Armada, guía de la patrulla del Kanguro, el miércoles por la noche. La voz de la experiencia, del recuerdo, habló de Escultismo, de sus orígenes en España, contando curiosidades y anécdotas que hicieron las delicias de pequeños y grandes, de jóvenes scouts y de viejos lobos.
El jueves fue un día intenso de trabajo para los equipos de logística y cocina, quienes montaron la base del campamento. Primero los pabellones, instalados por los voluntarios del festival el jueves; luego, la cocina, la enfermería, la tienda de protocolo.
Al día siguiente, un sol radiante acogió desde el primer momento a las avanzadillas que iban llegando desde primeras horas de la mañana. El campamento, las tiendas de los catorce contingentes, se fue construyendo poco a poco en torno a un enorme patio de banderas. Al sur, el mar, un horizonte de azul celeste y azul marino; al norte, el Puig Campana, frenando toda nube amenazadora; al este, el escenario para los actos y actuaciones.
El final de la tarde del viernes fue el momento oficial para inaugurar el festival, con Diego Cobos – presidente de ASDE – y el equipo federal de Scouts Valencians, convenientemente presentados por Nutria Locuaz.
El sábado por la mañana fue sin duda un momento que muchos de los participantes recordarán con emoción: la mañana en Terra Mítica, disfrutando de las atracciones, recorriendo el parque de cabo a rabo, dejándose llevar por la adrenalina.
Tras una comida fugaz, para aprovechar al máximo el tiempo, los cerca de tres mil scout dirigieron su pasos al Coliseo, donde - con una ambientación romana - se celebraba el esperado festival. Las gradas se llenaron de colores, de jolgorio, de alegría y de emoción contenida. Las catorce canciones participantes se sucedieron a buen ritmo, siempre vitoreadas y aplaudidas por todos los demás, en parte por conseguir el premio a la mejor animación y en parte por demostrar su aprobación. Un mar de melodías llenó el Coliseo: unas tristes, otras alegres, aquella graciosa, la otra salada, pero sin duda todas cantadas con entusiasmo, aunque con unos micros por lo general poco acertados.
El jurado lo tuvo difícil. La competición estaba reñida: puestas en escena espectaculares, coreografías impecables, letras con grandes valores scouts, ritmos cambiantes, guiños al Escultismo (hubo incluso algún cuerno Kudú), bellas melodías, estribillos pegadizos que se llevaban al público detrás… Un simple punto podía hacer la diferencia.
Y llegó el esperado momento de los premios, con alguna sorpresa incluida. El premio a la animación fue para Castilla la Mancha, y su Don Quijote y sus banderas. El tercer premio fue para el grupo Ilkens, de Exploradores de Madrid, con la canción “Pañoletas al viento 948”; el segundo… con la sorpresa de ser compartido, para el grupo scout Okapi 465, de Scouts de Aragón, con “La voz de la montaña” y para el grupo scout Horizontes 616, con “Horizontes”. El primer premio del certamen fue para la colorida canción del grupo Mª Auxiliadora 278, de Andalucía, “Scout de agua salá”. Muchos grupos se quedaron seguramente a las puertas del premio, pero siempre les quedará la experiencia del magnífico espectáculo que se vivió esa tarde en el coliseo.
Tras la competición, la cena ya en el campamento y tras la cena, los puestos de venta de artesanía scout al tiempo que se disfrutaba de un rato de baile con la música de un DJ de los 40 Principales.
El domingo se clausuró el festival temprano, para que el máximo posible de grupos pudiera asistir al acto, tras lo cual se realizaron diversas actividades por edades, aunque algunos, claro está, no dudaron en sacrificar los juegos previstos para disfrutar de un buen rato de sol y de un buen baño en la playa.
Tras la comida los grupos fueron poco a poco marchándose y tan solo quedó un equipo de voluntarios desmontando todas las infraestructuras del campamento. A las siete de la tarde, parecía difícil de creer que apenas unas horas antes hubiera cerca de tres mil scouts en ese paraje de la Vía Parque.